El crecimiento y desarrollo de las ciudades hizo a un lado los diseños de viviendas y edificaciones de principios del siglo XX y épocas anteriores, permitiendo a decoradores y arquitectos aprovechar los recuerdos en la memoria de los emigrantes rurales a las ciudades, para decorar exteriores con viejas tinajas. En el campo español no se elaboraban tinajas para decoración, sino para usarlas en la vida cotidiana del hogar y el trabajo.

Estas tinajas, más que un adorno u objeto para decorar, eran parte integral de la vida rutinaria y el paisaje de pueblos y ciudades del interior del país. Estos objetos de barro no pertenecen al modo de vida moderno de fines del siglo XX ni principios del siglo XXI, producto de la industrialización contemporánea establecida en las metrópolis como Madrid y Barcelona.

El arte del uso y los años sobre una tinaja

Es común ver hoy aquellos grandes, medianos y pequeños objetos de barro elaborados por artesanos de toda España, demandados por decoradores y arquitectos para integrarlos en la decoración exterior de viviendas y edificaciones para diversos usos: escuelas, industrias, oficinas, edificios públicos y museos. Las tinajas originales con muchos años de uso, hoy son muy cotizadas. Se venden en tiendas de antigüedades y lugares donde se restauran y fabrican piezas u objetos de barro.

Algunas tinajas antiguas con bellas patinas dejadas en su superficie por el uso a través del tiempo, son adquiridas en subastas por coleccionistas, constructores, arquitectos y artistas a un valor elevado. De esta manera, se aseguran de contar con un patrimonio cultural integrado a un ambiente exterior. Así dan valor a una vivienda o edificación diseñada y construida por ellos o para sí mismos, con tinajas transformadas en obras de arte por el curso de la vida durante muchos años.

Un taller donde se transforma el barro en obras contemporáneas

En Cáceres, localidad ubicada en el centro de la comunidad autónoma de extremadura, lugar donde UNESCO nombró a la vieja ciudad de Cáceres patrimonio cultural de la humanidad, se encuentra Tinajas Moreno Leon, S. L., una empresa de tinajeros dedicados durante 10 generaciones a fabricar tinajas y objeto de barro.

En sus talleres se emplean las mismas técnicas creadas por sus fundadores. Hoy se han incorporado los avances alcanzados en los hornos, usando biomasa en lugar de leña. De esta manera se ha mejorado la cocción del barro, contribuyendo al cuidado del medioambiente y evitando la contaminación ambiental.

La terracota utilizada es la arcilla de Torrejoncillo, usada a lo largo del tiempo en la fabricación de piezas y objetos de barro. Es de color anaranjado y contiene un alto porcentaje de mica. El aspecto envejecido de las vasijas se realiza aplicando óxidos antes de la cocción, así se conserva la patina para siempre. Una pieza convertida en clásica en nuestro talleres, es el Fogón de Daniel, fabricado a María, su mujer que requería asar los pollos criados por ella en casa.

El acabado logrado en las piezas de color blanco viejo, emula el color blanco de los muros de los pueblos mediterráneos sumado a la rugosidad de la arcilla utilizada. En las tinajas para criar el vino, la porosidad natural del barro permite la fermentación y aromas propios de cada zona de cultivo de la vid. Además de tinajas para decoración, también se fabrican hornos panaderos elaborados en una sola pieza, para poner el fuego en su interior y retirarlo al alcanzar la temperatura de cocción; y luego, introducir el pan, asado o comida preferida.

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